En este baño no hay cuchillos ni tablas para picar,
sólo el filo de mis manos y mis labios.
En este baño aún sigo siendo pescadora,
cazadora y cocinera de tus insinuaciones.
En este baño no necesito de nubes cargadas,
porque aquí llueve, llueve sobre la dermis,
en la epidermis y aún en la hipodermis.
Una lluvia que nos hace espejos del frenesí.
En este baño logro marinar tu piel
tal como quiero,
con el toque de mis olores, humores y sonrisas,
hechos jabón líquido y cremoso,
que resbala mis manos y me obliga
a perseguirte y atraparte.
En este baño sin tablas para picar
-donde aún sigo siendo cocinera-,
te he preparado a mi gusto
y servido sin etiquetas,
entreviéndote plácido y amoroso.
En este baño como en mi cocina
soy quien tiene el control,
soy quien maneja los tiempos de preparación,
marinaje, cocción y de la estocada final.
Poeta invitada: Dina Luz Pardo Olaya
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