¿Qué diremos de ti ¡oh! mi estimada boca?
Muchas partes tienes cumpliendo una función
¿Será esa tu dulce boca la que siempre me provoca
¿Cuándo pronuncias las palabras con buena dicción?
Tienes sendos labios para besar y 12 dientes para masticar
Yo diría que los labios para hablar y los dientes para tratar
Si vino vas a catar, es el paladar el que tiene el veredicto final
Para mí sería algo dual al ser duro por delante y suave en distal
Rosado pálido, firmes y lisas: Son de las encías sus reseñas
Y cuando algo me quieres mostrar, hasta la úvula me enseñas
Si ella agrandada está, es la cruel causante de tus ronquidos
Y si el dentario inferior bloquearás, no emitirás ni un silbido.
Según la Biblia, ningún hombre la lengua ha podido domar
Pero, si la halitosis quieres evitar tu lengua deberás frotar
Las papilas gustativas saborean la comida que llevará al letargo
Sus cuatro sabores percibimos: dulce, salado, ácido y amargo
Mucosa oral: si eres protectora dental, ¿aún protegerás a las edentadas?
Esto que oculto: ¿Será un grito de pánico en las amigdalas encajadas?
O serán ellas las aguerridas combatientes de las nocivas bacterias
Y tú Trígono retromolar estás limitado por las cordales y sus periferias
¿Qué más de tu dulce boca quisieras mostrar para que me provoques?
Un examen intraoral te haré y dejaré que con el explorador te toques
Frenillo lingual: ¿Cómo unes la base de la lengua y el piso de la boca?
No te responderé mientras esté preparando las cavidades con la broca.
Tania Castro
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