Mi madre sabiamente decía: “De eso tan bueno, no dan tanto” y aunque entendía la frase, siempre le discutía que no podía ser tan desconfiada, que había que creer en las personas, que no había que juzgar. Hoy estoy de acuerdo con ella, sí hay que desconfiar y no creer TODO lo que te dicen (aplica para todo tipo de relaciones).
Sin más preámbulos, o mejor #sinrecato, les hablaré del love bombing, que traduce algo así como bombardeo de amor.
De acuerdo con psicólogos, esta práctica consiste en la sobredosis de amor y sobreprotección de una persona para someterla y controlarla. Cuando una relación empieza como en un cuento de hadas, ¡pilas! que ese príncipe azul puede ser un sapo manipulador y abusador.
Claro que no hay que generalizar, porque si bien es cierto que cuando una pareja empieza una relación amorosa hay mucha miel, detalles e invitaciones, en el love bombing, ese comportamiento romántico y bienintencionado puede ser el comienzo de un ciclo de abuso psicológico.
Los psicólogos confirman que, en la primera etapa de una relación, es normal sentirse enamorados, las hormonas están en su punto máximo y no es malo dejarse llevar por la intensidad de las emociones. Solo que la línea que separa el enamoramiento del love bombing puede ser muy fina. La realidad cambia cuando el amor se expresa de forma calculada para enganchar al otro y usarlo a su antojo.
“No puedo dejar de pensar en ti”, “solo quiero hacerte feliz” o “quiero estar contigo todo el tiempo” son frases bonitas que no son sinceras. Nuestro cerebro ha sido diseñado para responder positivamente a situaciones que le causan placer como los regalos, las caricias o las palabras bonitas, cosa que se conoce como el sistema de recompensa, el cual genera apego cuando somos niños con los papás y los cuidadores, un efecto fundamental para el desarrollo personal.
En el love bombing, quien recibe las muestras de amor intensas espera “las recompensas” de su pareja y lo percibe como el hombre o la mujer perfecta. Pero de pronto todo cambia en un segundo y le quita a su pareja lo que le venía dando (atención, detalles, tiempo, etc.) y empieza a tratarla con frialdad o a menospreciarla.
Con el tiempo, la persona está dispuesta a acceder a todo con tal de recibir esa recompensa, y es ahí cuando empieza el abuso. Incluso aceptar alguna práctica sexual que no desean, con tal de recuperar ese momento idílico de su relación.
Las personas sometidas al love bombing, lo hacen para sentirse especiales y amadas; dejan todo tirado para estar con su pareja, cancelan planes familiares e incluso reuniones de trabajo.
Cuando el abusador siente que pierde el poder sobre su pareja, nuevamente aumenta la dosis de amor y el ciclo se repite. La profesora Claire Strutzenberg, de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, explica que el abusador del love bombing tiene características de un narcisista con baja autoestima:
“Al expresar este amor desbordado, lo que realmente esperan es la afirmación de que son amados, hermosos y deseados. Como en la historia de Narciso, elogian a sus parejas con la esperanza que les devuelvan el elogio”.
Quienes han tenido relaciones tóxicas son los más susceptibles a ser sometidos por este comportamiento, según lo explica Charlie Huntington, psicólogo de la Universidad de Denver, Estados Unidos, experto en relaciones románticas:
“La ilusión de estar siendo amados intensamente los puede llevar a sentir una conexión particularmente poderosa y por ende a ser vulnerables a la manipulación”.
La pregunta es, ¿cómo saber si estás siendo manipulado? Para eso, Huntington habla de 7 señales:
- El comportamiento desproporcionado con respecto a la conexión entre las personas. Los ‘te amo’ en la primera semana o insinuar casarse o vivir juntos cuando apenas llevan media hora juntos son fuertes indicadores de que hay un abusador.
- Que te diga “quiero pasar todo el tiempo contigo” es muy romántico, pero también es el primer paso para aislarte de tu familia y amigos. Esta es una estrategia efectiva para ganar poder y control sobre ti.
- Halagos que abruman. Una cosa es un cumplido y otra es un halago desproporcionado que en vez de agradar solo va a incomodarte, porque no suena creíble ni pensado para ti.
- Dar muchos regalos es otra forma de enganchar, sobre todo si te hacen sentir que debes compensarlos de alguna manera.
- El manipulador tiene la necesidad de comunicarse excesivamente todo el día por chats o llamadas para controlar.
- Los celos y la desconfianza en la fidelidad de su pareja. Esto lo hacen para demostrar su intenso amor y hacer sentir culpable al otro.
- De un día para otro, deja de ser la persona más amorosa del planeta y se comporta indiferente y seca, es decir, probablemente te manipula.
Si estás viviendo una situación así y encuentras la fuerza para terminar esa relación, es importante que sepas que el manipulador te insistirá y usará todos sus encantos para que regresen. Los expertos sugieren que es necesario cortar todo tipo de comunicación que implique verse, llamarse, escribirse o interactuar por redes sociales.
Todos tenemos el derecho y la responsabilidad de proteger nuestro espacio personal y emocional.
Si aprendemos a poner límites, el construir relaciones sanas se volverá mucho más fácil. Si NO pones distancia al manipulador, este probablemente te convencerá de volver y la historia se repetirá no una, sino muchas veces.
No te sientas culpable. Si tu confianza y autoestima están por el suelo, rodéate de personas que te hagan bien y busca ayuda profesional, tu salud mental es importante y cuidar de ti mismo siempre te hará sentir bien.
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