He tomado la decisión de llegar al altar.
La zarza está ardiendo,
la ceremonia pronto comenzará.
Usaré un velo como nata de leche
recién hervida
y un vestido adornado
con flores de naranjo
que acicalen mi piel.
Es un vestido de angelicales
y ovaladas perlas,
un vestido blanco, de lino fino,
especial para el Jinete Fiel y
Verdadero.
Me vestiré de novia para ser su esposa.
Me ofreceré inocente
y dispuesta para Él,
como cremoso postre
de arroz con leche,
con un toque de canela espolvoreada
y el zumo de un coco maduro.
Sí, como postre blanquizco,
eximida por su Gracia de mi ayer.
Vestirme de novia para Él,
es un pasaporte a estar en sus brazos
y ser su esposa por la eternidad.
Poeta invitada. Dina Luz Pardo Olaya
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