Dices que no sufro porque no me has visto llorar.
Pregúntales a mis ojos si lo han hecho, si es que
con mis lágrimas un océano podría llenar.
Dirás que por ti no he luchado, que no he hecho nada.
¿Qué sabes tú de mis guerras perdidas contra
las tinieblas, de mis heridas o de mi alma
desgarrada?
¿Acaso supiste de mi lucha por enmendar el daño
que logró separarnos?
Solo mi Amo es testigo de mis sacrificios, de todo
lo que he padecido y lo que he ofrecido con el fin
de que volvamos a reconciliarnos.
O debo contarte el horrible tormento de mis
rodillas que entre súplicas me pedían que no
volviera a castigarlas contra el suelo, pobres,
a las que nunca presté atención y las martiricé
sin darles esperanza de un fin ni un consuelo.
Dijiste que nunca te quise, que lo mío era una
obsesión, sin embargo, hoy proclamo al mundo
que como yo, no habrá quien te quiera.
Blasfema tu boca si desde que te fuiste he sentido
un dolor que haría sufrir hasta una piedra.
Pensé que tu amor era tan grande como el mío,
que los dos podríamos con todo.
Veo que el desmedido era yo, mil errores
los tuyos y uno ha sido el mío, no me perdonas y
te marchas dejándome solo.
Me resistí a creer que aquella por quien mi vida
diera, fuera ahora mi más terrible enemiga.
Mis ruegos a Dios han sido estériles, entonces
ruego para que sea el olvido el que me bendiga.
A donde vayas en tu sangre mi esencia
llevarás.
Otras mieles que al final serán hieles probarás,
pero el imborrable sello de tu primer amor, de
tu primer hombre, nunca olvidarás.
Acepto mi cruel destino sin ti, quizás otra
ocupe tu lugar.
Pero nunca mi corazón, y aunque ella a mi lado esté,
tú, siempre serás mi hogar.
Creí que mis días terminarían junto a ti en la casita
que soñamos junto al mar.
Soñaba con noches estrelladas abrazados en la
hamaca entre palmeras al viento, viejos sí, pero
nunca cansados de amar.
Escenas de tu mano acariciando mis canas.
Mis labios todavía ansiosos buscando tu arrugada
piel en arranques de volver a aquellas ganas.
Entiendo que tu amor murió.
Poeta invitado: José Gregorio Hoyos Muñoz
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