Eternas las horas de soledad en esta
espera amarga.
Eterno el tiempo sin ti.
Inmerso en la muchedumbre, estoy solo,
agoniza mi vida por tu ausencia larga.
Miradas y cuerpos afanosos
ni cuenta se dan de mi dolor,
mi disfraz ha funcionado porque
he ocultado mi cuerpo derrotado en la
batalla contra el amor.
Bendita duda que me asalta,
¿qué harás? me pregunto entre sollozos,
es que mi cuerpo y mis palabras no te hacen falta?
Qué dirás con tus labios, dulces y carnosos.
Mi mente divaga buscando olvidarte,
pero el mundo parece cómplice tuyo
porque todo a mi lado me hace recordarte.
Creo ser esclavo de la locura, porque ya ni de la muerte huyo.
Quisiera que me dejaras verte
pero mis ruegos se volvieron necios,
ahora, solo en mis sueños he podido tenerte.
Imploro migajas de tu piedad y me tropiezo
con tu implacable desprecio.
Refugio ha sido el silencio y la oscuridad,
Dios mío, quítamela del pensamiento,
te devuelvo mi vida por un segundo de tranquilidad,
he perdido mis fuerzas, no tengo voluntad,
me estoy quedando sin aliento.
No quiero ver nada, todo es confuso,
he desterrado el pensamiento y las ideas,
pero no puedo borrar lo que tu corazón dispuso,
cómo te olvido si tu recuerdo me acosa para que por todas partes te vea.
Poeta invitado: José Gregorio Hoyos Muñoz
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