En la reciente línea editorial de nuestro portal, ‘Que el despecho no te arrincone’, tema abordado por la directora Tatiana Brugés, recogiendo conceptos de la psicóloga y escritora Yina Gómez y otros expertos, hay un segmento que destaca el estado de rabia y dolor que puede producir en una pareja una ruptura amorosa y al pasar de ese amor jurado al odio visceral.
La cuestión viene haciendo carrera mediante el uso de las redes sociales, en las que los protagonistas, bajo la denominación ‘ciber escrache’, prácticamente, se sacan los ‘trapitos al sol’ sin medir las consecuencias en sus vidas. Para ahondar en esa tendencia, sinrecato.com elevó consulta Lucero Martínez Kasab, psicóloga, magíster en Filosofía y este es su punto de vista:
“La irrupción de las redes sociales en el mundo contemporáneo ha expuesto las múltiples facetas humanas en todos los sentidos positivos y negativos. Es así como podemos encontrar redes con diferentes tendencias; una, a promocionarse a sí mismo a través de fotografías que difunden la idea de que quien las publica goza de todas las posibilidades de la vida como viajes a sitios remotos, adquisición de automóviles, aviones, lanchas para pasear en cualquier momento del día; amores con personas bellas o adineradas, finalización de algún estudio en un establecimiento de renombre; por doquier son logros que las personas consideran importante comunicar a los demás.
“Otra red un poco mesurada está diseñada para que personas amigas o familiares compartan sus vivencias de manera más casual; sin embargo, como la anterior, también está impregnada de la vanidad por despertar en los demás la envidia por los logros obtenidos.
“Existe una donde la característica principal es la punzante confrontación de ideas políticas, especializada en crudos análisis entre opositores cuando no se trenzan en velados insultos que, cuando son explícitos, reciben la censura de los administradores de dichas páginas sociales.
“Pero, también se promueven ideas filantrópicas hacia la conservación de la vegetación, de los animales, del clima en general. O, impulsan la ayuda entre los seres humanos necesitados. Así también se promueve la compra y venta de productos, intercambios de todo tipo de artículos, bienes y servicios, incluso, de cosas espantosas como armas, trata de blancas, tráfico de órganos de un mundo de horror, pero, real.
El escenario de las redes sociales
“De manera que las características de la condición humana en sus múltiples facetas quedan ampliadas en las redes sociales: la solidaridad, la compasión, el altruismo, la reconciliación, la envidia, la codicia, la venganza, el amor y el odio. Son aspectos alrededor de los cuales se desarrolla la vida humana, cuyos resultados son conocidos por las personas involucradas y su círculo más próximo de familiares, amigos y vecinos.
“No obstante, con las redes sociales, las consecuencias de esas interacciones se amplifican de tal manera que no sólo se convierten en tema de conversación, sino que, además, ya no hay un tiempo entre los acontecimientos protagonizados por determinadas personas y los murmullos que suscitan, sino que casi se asiste en tiempo real a los hechos motivo de la atención de un público conocido o anónimo.
“Uno de los casos que llama mucho la atención de los espectadores es la exhibición en las diferentes redes de querellas, discordias, discusiones y agresiones entre aquellas parejas que se amaron y que, por diferentes razones, terminaron enemistadas. Son disputas que se inician con pequeñas reclamaciones que van creciendo en ofensas verbales de contenido íntimo hasta llegar a difundir videos de actos privados comunes en las parejas, usados ahora como armas de destrucción de la otra persona.
“¿Cómo es posible, se preguntan aterradas las personas cercanas, que una pareja que tanto se amó caiga en semejante situación denigrante? Lo evidente, se podría decir, es que no hubo tanto amor. Ese es un aspecto que las redes ayudan a sobredimensionar, el gran amor entre dos personas revelado por las innumerables fotos que retrataban, tal vez, una gran atracción física o el mutuo fomento del narcisismo; aspectos superficiales que, llegada la ruptura amorosa, evidencian rasgos de notable vileza que permanecían ocultos tras la fachada del gran amor.
Malévolas intenciones
“¿Qué busca quien expone ante la opinión pública -porque eso son las redes- secretos, sucesos, actos privados incluso de carácter fílmico de actos íntimos que se hicieron en pareja? Busca algo antiquísimo usado en los pueblos antiguos: el ostracismo. Las gentes del pasado, conteniéndose de no acabar con la vida de alguien por algún delito cometido, tenían como castigo mandar a la persona fuera del colectivo humano, con lo cual se le negaba la necesaria relación familiar, social, además del acceso a los alimentos, el agua, el refugio. Es desligarlo de todo contacto humano, condición que conduce a un proceso de desmoralización y soledad que llevaba a la muerte porque, el ser humano es, ante todo, un ser social.
“Este escarnio público se ha llamado, escrache, que significa romper, destruir, aplastar. El que ha sido utilizado en el ámbito político a través de manifestaciones de personas ante la residencia, el lugar de trabajo o el sitio público donde se reconozca a alguien a quien se quiere denunciar abiertamente por alguna acción u omisión que perjudica a determinada persona o comunidad. Estas manifestaciones buscan la censura social como un medio de presión para que los implicados corrijan o paguen por sus errores; se busca justicia. Pero, cuando se trata ya de ciber escrache las consecuencias son de grandes dimensiones por el alcance de la virtualidad.
“Las personas o parejas que hacen ciber escrache extremo, lo que en el fondo buscan es condenar al ostracismo al otro mediante la marginación que la sociedad pueda hacer de ella o él al enterarse de ciertas conductas catalogadas como escandalosas, inmorales u obscenas; buscan su eliminación por alejamiento social.
“Quienes incurren en esto y se supone que se amaron hondamente, como dijimos antes, develan que en lo profundo no hubo tanto amor y que ambos comparten rasgos de personalidad que los llevan a afrontar de la misma manera negativa la ruptura que se ha dado. Son personas muy parecidas a nivel de deseos de desquite, venganza y, resolución narcisista de una herida sentimental.
“No obstante, la sociedad que a través de las redes sociales contempla esta baja manera de resolver una ruptura al final no toma partido por ninguno de los integrantes del ciber escrache pues, por sentido común, llegan a la sabia conclusión de “tal para cual”.
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