¡Ojo, no es novedad!, pero si es una orientación sexual que gana espacio dentro del complejo mundo humano de tratar de comprender y descifrar afectos, sentimientos, odios, indiferencia, tendencias manifestaciones, estados de ánimo, etc., etc., etc., y pare de contar.
Aunque el tema empezó a interesarle a sexólogos, psicólogos y psiquiatras hace menos de una década, las conclusiones y aportes para entender lo que ya es denominado como ‘demisexual’, son aún incipientes, poco profundos, precisamente, por esa complejidad que envuelve al ser.
Hace menos de 15 días, en Colombia el término lo introdujo, a través de sus redes sociales, el youtuber Juan Pablo Jaramillo, según registro de la Revista Cromos. Palabras más, palabras menos, Jaramillo se declaró “demisexual” y, a su manera, explicó lo que era.
Sin embargo, el término sembró inquietudes entre sus seguidores, cuestión que fue aprovechada por los periodistas de Cromos para hacer la tarea de dar respuestas concretas, corriendo a entrevistar a Carolina Guzmán, psicóloga humanista, especialista en comunicación y sexualidad humana.
A renglón seguido explicó que “en ocasiones, las personas piensan que son asexuales en vez de ‘demisexuales’. Sin embargo, el primer grupo se caracteriza por no sentir atracción sexual ni hacia otros, ni hacia sí mismos. Esto significa que su vida no pasa por el placer genital, si no por otro tipo de relaciones. Por ejemplo, el asexual puede disfrutar de actividades placenteras que no están relacionadas con la genitalidad. Encuentran placer en una obra de teatro, la ópera, ver pinturas, leer, etc. Por el contrario, los ‘demisexuales’ sí sienten atracción sexual, una vez se establece un vínculo afectivo”.
Yendo un poco más allá de la explicación de la psicóloga Carolina Guzmán, la temática de la ‘demisexualidad’ es expuesta en el portal español Salud Canales Mapfre, que recoge estudios y reflexiones de médicos que investigan, y en esta ocasión destacó a la psicoterapeuta Cristina Agud Mañé quien ratifica que esta se presenta solo desde lo emocional, lo afectivo, pero lo complementa con un resumen en el que contextualiza que debe partirse, por entender primero, lo que es la sexualidad gris.
Antes sostiene que la ‘demisexualidad’ es la quinta orientación sexual del ser humano, después de la heterosexualidad, que es cuando hay atracción por el género opuesto; la homosexualidad, que es la atracción por el mismo género; la bisexualidad, la atracción por ambos géneros; y la asexualidad, cuando no existe atracción alguna.
Con base en lo anterior, Agud ubica a una persona ‘demisexual’ en una especie de espacio con matices, o grises, implícito entre los extremos de la sexualidad y la asexualidad, inclinándose hacia lo segundo, pero sin que lo sea, pues hay un vínculo emotivo.
La psicoterapeuta afirma que “las personas ‘demisexuales’ a menudo se sienten tremendamente solas y extrañas debido a su orientación. Se sienten aisladas e incomprendidas por su entorno o incluso pueden experimentar sentimientos de inadecuación, como si hubiera algo que no funcionara bien dentro de sí. Saber que hay personas que viven esto de manera similar, ayuda a formar un sentido de comunidad y a sentirse apoyada”.
Invita a practicarse un autoexamen y si se comprueba esa orientación sexual aconseja no problematizarla. “Es perfectamente compatible ser un adulto feliz y adaptado y ser ‘demisexual’. La orientación sexual es algo relativamente estable, pero eso no significa que no pueda modularse o variar a partir de diversas experiencias vitales”.
Agud sugiere aplicar los siguientes tics: Explora, pero sin forzarte a nada; No esperes pasivamente que aparezca en ti el deseo sexual; Ábrete a nuevas posibilidades si te apetece; No te obligues a sentir cosas que no sientes, respeta tus tiempos y no te fuerces; No te encasilles a ti mismo dentro de una etiqueta; Atrévete a marcar tus propios límites; En el caso de que tengas pareja, establece claramente el tipo de relación que quieres tener.
“La ‘demisexualidad’ no se “cura”, porque no es un problema, es una orientación. Todas las orientaciones sexuales son igual de válidas y respetables. Eso sí, si tu falta de deseo proviene de una experiencia traumática no superada (violación, abusos …) o si las implicaciones de tener esta orientación te hacen sentir mal puedes abordarlo en psicoterapia. El objetivo es que te sientas liberado y cómodo con tu orientación”, concluye la psicoterapeuta.
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