Antes se tenía la idea de que cuando las mujeres tenían relaciones sexuales su apariencia cambiaba, que caminaban diferente, o que las caderas y los senos aumentaban de tamaño, mágicamente. En el caso de los hombres, que se engordaban, que les cambiaba la voz, o que su pene aumentaba de tamaño.
Sin embargo, expertos aseguran que la realidad es que no se produce ningún cambio físico después de tener sexo.
Lo que sí es cierto es que, en la pubertad o la adolescencia, hombres y mujeres experimentan cambios, pero en su comportamiento, producto del desarrollo hormonal. Lo que pasa es que la mayoría inician su vida sexual alrededor de esta época, y es natural que se asocian estos cambios físicos por tener sexo.
Una vez se inicia la vida sexual, el cuerpo empieza a liberar hormonas como la oxitocina, la dopamina, endorfina, entre otras, conocidas como las ‘hormonas de la felicidad’ y la buena noticia es que, si la experiencia es positiva y se disfruta la sexualidad con responsabilidad, la persona se sentirá más plena y proactiva.
La primera relación sexual es recordada de muchas maneras: Con emoción, con amor, con alegría, pero también con decepción, con dolor y con algo de frustración. Por eso les pregunté a 10 hombres y 10 mujeres: ¿Qué cambiarían de su primera relación sexual y por qué? y ¿Qué les hubiera gustado saber antes de llegar a ese momento?
La primera vez no debería ser dolorosa; sin embargo, es un momento en el que hay tensión, miedo y sentimientos encontrados que tensionan los músculos de la vagina y el piso pélvico. Sumado a ello, la falta o poca lubricación serían las causantes del dolor, en el caso de las mujeres; y en los hombres esta tensión podría manifestarse provocando una eyaculación precoz o falta de erección.
Como nos contó Camila*, de 44 años, sobre su experiencia: “Mi primera experiencia sexual fue horrible, sangré mucho, me dolió y de satisfactorio no fue nada, cambiaría todo. De mi experiencia aprendí que perder la virginidad, no es una carrera, llega cuando tiene que llegar y que sea con el indicado.”
Antes de tener tu primera vez, debes conocer tu cuerpo, explorarlo, conocer tus zonas erógenas, experimentar y, una vez que tomes la decisión de estar con alguien, no te aceleres. Si inicias tu vida sexual, que sea un momento especial, lleno de caricias, besos, juegos previos y, aunque sea tu primera vez, sí es recomendable el uso de lubricante.
Los expertos recomiendan una preparación emocional y física, hablar con tu ginecóloga o médico de confianza, o con alguien con quien puedas despejar todos los interrogantes, o dudas que tengas. Si existe confianza y una buena comunicación con tus padres, hazlo, ¿Quiénes mejor que ellos para darte seguridad?
Raquel*, 50 años, otra de nuestras encuestadas, compartió su testimonio: “La verdad mi primera vez no me gustó, sentí mucho dolor y no la disfruté como me imaginaba o como te cuentan. Admito que en ese tiempo era muy ingenua y por esta razón creo que me faltó prepararme para ese momento, pues antes no se hablaba de sexo. Ahora la juventud es más abierta hacia este tipo de conversaciones. Incluso con mis hijos tengo mucha confianza y les hablo muy claro al respecto”.
Y aunque el cine para adultos ha tergiversado la sexualidad, cada experiencia es única, así que relájense, disfruten el momento y no se dejen llenar de falsas expectativas. Si bien podría resultar una experiencia satisfactoria, en ocasiones se necesita ‘pasar varias veces al tablero’ para entenderse con tu pareja.
Roberto*, 40 años, nos comenta que disfrutó su primera vez: “No cambiaría nada. Fue mi primera relación sexual y nadie fue con un libreto o un manual. Cada experiencia es algo que te hace crecer como persona y ser y con el tiempo se va a adquirir una experiencia tanto física como emocional y así podrás corregir y mejorar muchas actitudes y situaciones. Lo único que me hubiera gustado saber en ese momento era cómo ponerme el preservativo.”
No debes idealizar la primera vez, puede que estén juntos para siempre y se convierta en el amor de tu vida, pero hay que ser realistas. Recuerda que es tu primera vez, pero no va a ser la única; conocerás más personas a lo largo de la vida.
Lo significativo es que esa persona con la que vas a tener ese primer encuentro sexual debe al menos cuidarte, no ser violento, o ejercer presión para que estén juntos.
Así nos comparte Bibiana*, 35 años, que recuerda su primera vez de manera especial: “Lo mejor de esa primera vez es que fue con alguien que me gustaba mucho y pienso que eso la hizo especial. Y aunque no tenía experiencia, sí me preparé psicológicamente para disfrutar ese momento. Me hubiera gustado tener más información sobre educación sexual.”
La mayoría de las veces hombres y mujeres se sienten socialmente presionados a que pasen muchas cosas, como, por ejemplo, fumar, tomar trago, e incluso tener sexo.
Si no lo quieres hacer, no lo hagas, tienes todo el derecho a decir no, a que ocurra a su tiempo o que no pase. Puede que lo desees, pero llega el momento y te arrepientes o estás nerviosa(o) o confundida(a) y si tu pareja te quiere o te considera, debe respetar tu decisión, de hacerlo o no. Esto no solo aplica para la primera vez, en cualquier encuentro sexual un no, es un NO.
La comunicación, el consentimiento y la protección son muy importantes no solo en la primera vez, sino en cada encuentro sexual, afirma Pablo* de 43 años, quien nos cuenta su accidentada experiencia con los preservativos: “Tenía 18 años, y siento que en mi primera vez todo estuvo muy bien, aunque usé preservativo, no me lo puse bien y le quedó adentro a mi novia, finalmente lo expulsó. Después de ese día, empecé a leer y de ahí en adelante fui ilustrándome más acerca del uso correcto del preservativo”,
La primera vez debería ser memorable, con amor, alegría y cierta nostalgia, pero si no fue así, recuerda que ya sabes cómo no quieres que te traten o no quieres que te toquen o te hablen. Finalmente, cuando comienzas una nueva relación, siempre tendrás una primera vez.
*Nombres cambiados.
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