Más de la mitad de los niños de dos a 17 años, en total, más de 1.000 millones, sufren de alguna forma de violencia cada año; alrededor de tres, de cada cinco niños, reciben castigos físicos de manera regular en su hogar; una, de cada cinco niñas, y uno, de cada siete niños, son víctimas de violencia sexual; entre el 25% y el 50% de los niños han experimentado acoso escolar; la principal causa de muerte entre los varones adolescentes es la violencia, a menudo con armas de fuego o de otro tipo.
Las anteriores cifras, reveladas por la Organización Mundial de la Salud, OMS, sirvieron de base para que más de 100 gobiernos asumieran compromisos históricos para erradicar la violencia contra los niños. En esencia acordaron una nueva declaración mundial para protegerlos de toda manifestación de violencia, explotación y abuso.
Detalles del acuerdo de voluntades los da a conocer la OMS en su portal web y por ser de trascendencia para el futuro de sociedades más justas, frente al tratamiento de los menores de edad, les comparto aspectos destacables dentro de los compromisos asumidos en un reciente encuentro celebrado en Bogotá, Colombia.
El encuentro fue organizado por los gobiernos de Colombia y Suecia, en colaboración de la OMS, UNICEF y la Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños.
“Aunque gran parte de la violencia se puede prevenir, sigue siendo una terrible realidad cotidiana para millones de niños en todo el mundo y deja cicatrices que perduran durante generaciones. Hoy, los países han asumido compromisos decisivos que, de cumplirse, podrían revertir finalmente la tendencia de la violencia contra los niños. Estas medidas son fundamentales para protegerles de daños y problemas de salud a largo plazo, ya sea brindando apoyo transformador a las familias, mejorando la seguridad en las escuelas o erradicando el maltrato en línea”, comentó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Según los cálculos, más de la mitad de los menores del mundo sufren algún tipo de violencia, como castigos físicos, que son la forma más común, acoso, violencia física o psicológica y violencia sexual. “A menudo, estas formas de violencia permanecen ocultas, ocurren principalmente en privado y no se denuncian. Según la OMS, menos de la mitad de los niños afectados cuentan que han sido víctimas de violencia y que menos del 10% reciben ayuda”, sostiene el organismo.
“Estas prácticas no solo constituyen una grave violación de los derechos de los niños, sino que también aumentan el riesgo de sufrir problemas de salud inmediatos y a largo plazo, en ocasiones lesiones graves e incluso la muerte”, se advierte en la conclusiones.
“Cada 13 minutos, un niño o un adolescente fallece por homicidio, lo que representa aproximadamente 40 000 muertes evitables al año. Las secuelas de la violencia para algunos niños son devastadoras y duran toda la vida: ansiedad, depresión, conductas de riesgo, como relaciones sexuales sin protección, tabaquismo, consumo de drogas, y un bajo rendimiento académico”, agregaron los participantes en el encuentro.
Acciones preventivas
La OMS manifestó que se ha demostrado que la violencia contra los niños se puede prevenir, y el sector de la salud es fundamental en este sentido.
“Algunas soluciones de eficacia probada son: brindar apoyo a los progenitores y cuidadores para que no recurran a formas violentas de disciplina y establezcan relaciones saludables con los niños; intervenir en las escuelas para reforzar las aptitudes sociales y vitales de los niños y jóvenes y para prevenir el acoso escolar; prestar servicios sociales y de salud especializados a los niños que son víctimas de la violencia; promulgar leyes que prohíban la violencia contra los niños y reduzcan los factores de riesgo subyacentes, por ejemplo, dando acceso a la atención de salud”.
Igualmente, ofrecer servicios sociosanitarios adaptados a los niños que sufren violencia; promulgar leyes que prohíban estas prácticas y reduzcan los factores de riesgo subyacentes, como el acceso a bebidas alcohólicas y a armas de fuego; y procurar que los niños hagan un uso más seguro de internet.
Como conclusión, la OMS destacó los estudios demuestran que, cuando los países aplican eficazmente estas estrategias, pueden reducir la violencia contra los niños entre un 20% y un 50%.
“En consonancia con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas se establecieron los primeros objetivos mundiales para poner fin a la violencia contra la niñez. No obstante, a pesar de los avances conseguidos por algunos países, la reducción de la prevalencia mundial de la violencia contra los niños ha sido lenta”.
“Aún hoy, alrededor de nueve de cada 10 niños viven en países donde la ley no prohíbe formas comunes de violencia contra los niños, como los castigos físicos o incluso el abuso y la explotación sexuales”.
“La OMS presta un apoyo significativo a las iniciativas para poner fin a la violencia contra los niños mediante la publicación de orientaciones técnicas, la formulación de estrategias eficaces de prevención y respuesta, la investigación y la recopilación de datos que se reflejan, por ejemplo, en sus informes sobre la situación mundial”.
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