La vagina es un órgano con importantes funciones: Recibe el pene durante el acto sexual; es el conducto para que los espermatozoides recorran el canal y lleguen a fecundar el óvulo; sirve como conducto para que pase el flujo menstrual del útero cada mes; durante el parto, el bebé pasa por la vagina.
Aunque sus funciones son claras y explícitas, expertos explican que hay muchas cosas que deben mantenerse a metros de esta zona íntima o ‘Zona V’, con la promesa de rejuvenecerla o hacerla más apretada.
Aquí les contamos, #sinrecato, de algunas raras tendencias para el cuidado de la vagina, pero ¡ojo! que NO deben usarse o practicarse:
Tampones de vodka: Esta tendencia surgió en Helsinki, Finlandia en 1999, cuando adolescentes, empapaban tampones con alcohol y los ponían dentro de sus vaginas para poder beber, evitando así que sus padres les sintieran el aliento alicorado.
Los expertos opinan que el alcohol es muy irritante para la piel vaginal, causando un dolor punzante e inflamación. De igual manera, el alcohol es un antiséptico y altera el equilibrio de las bacterias ‘buenas’ dentro de la vagina y aumenta el riesgo de infección, como vaginosis bacteriana o aftas. Si esto ocurre de inmediato debe acudir donde su médico.
Perlas desintoxicantes: Intentar mejorar el olor de la vagina puede resultar peligroso y no es necesario desintoxicarla. Hay una tendencia de “popurrí de vagina” en la que las mujeres usan bolas parecidas a bolsas de té para “desintoxicar” sus úteros.
Expertos dicen que las vaginas, simplemente, no necesitan desintoxicación. Está diseñada para limpiarse con secreciones naturales. Si el olor de la vagina varía y si está acompañado de flujo, irritación o picazón, es mejor consultar con un especialista.
Varita de ajuste vaginal: Algunas mujeres se preocupan por mantener la vagina apretada y recurren a medidas peligrosas. Las varitas de ajuste vaginal, también conocidas como ‘palos vaginales japoneses’, pretenden hacer que las mujeres “se sientan apretadas y deseadas de nuevo” en solo media hora.
La varita contiene hierbas antiguas, como manjakani de alta calidad, y polvo de perlas que han usado las mujeres en Asia, Arabia y Persia durante generaciones.
La ginecóloga Jen Gunter advierte que: “se sabe que las prácticas que secan la vagina aumentan la transmisión de infecciones de transmisión sexual, sin importar que el sexo sea doloroso para la mujer”.
Nidos de avispas: Otro extraño tratamiento, este de rejuvenecimiento vaginal, son los ‘nidos de avispas’, también llamados “agallas de roble”. Son bolas de corteza y excreciones de avispas. Albergan larvas de avispa y se forman cuando una avispa penetra en un roble y deposita sus larvas en un agujero. El objetivo es que puede ayudar a tensar y limpiar la vagina, y también se pueden comer para “la salud y el bienestar de las mujeres”.
La doctora Jen asegura que las ‘agallas de roble’ pueden secar la vagina, lo que puede provocar rozaduras durante las relaciones sexuales y facilitar las Infecciones de Transmisión Sexual, ITS, entre otras. También pueden alterar el equilibrio bacteriano en la vagina y aumentar el riesgo de infecciones por hongos y VIH.
Productos para duchas vaginales: La ducha vaginal es la práctica de rociar agua o líquidos en la vagina en un intento de eliminar los olores no deseados, pero las implicaciones para la salud pueden ser muy graves. Expertos aseguran que aumentan el riesgo de contraer el virus del papiloma humano (VPH), causante de cáncer uterino.
Los médicos confirman que las vaginas se limpian automáticamente y lavarlas de esta manera puede alterar su equilibrio y provocar un crecimiento anormal de tejido y otros cambios en las células del cuello uterino.
La vagina, inevitablemente, envejece. Aunque existan miles de procedimientos que te ofrezcan en el mercado, es importante consultar a tú ginecólogo antes de comprar algún objeto de “soluciones mágicas”.
Un estilo de vida saludable también trae beneficios, tomar agua, alimentarse bien, caminar, dormir bien. Se puede ejercitar la vagina de una manera natural, cómoda y sobre todo segura, fortaleciendo los músculos del piso pélvico, mediante los ejercicios de Kegel.
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