“A la hora de las ganas y las motivaciones para ir a la cama, hay que revisar bien el entorno y las condiciones en las que se vive, las creencias, los factores sociales y hasta económicos. Y dejar de lado la inquietante tendencia a medicalizar la sexualidad como ocurre con muchas otras funciones naturales”.
Es una de las conclusiones de Esther Balac, la columnista del periódico El Tiempo que aborda el exclusivo tema del sexo cada domingo, luego del desglose que hizo de un interesante estudio que llevó a cabo el médico español, psicólogo y sexólogo clínico Francisco Cabello Santamaría y que se relaciona en el deseo sexual de las mujeres.
El trabajo del investigador tiene el aval del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, con sede en Málaga, España, y revelado en el 2020 por el periódico La Vanguardia de la comunidad autónoma de Andalucía. Es el producto de haber aplicado 22.000 encuestas en 71 países de los cinco continentes dirigidas a las mujeres latinoamericanas.
Dichas encuestas hicieron parte de un cuestionario ‘craneado’ en el 2015, denominado ‘Desea’, junto con el equipo de trabajo del experto Cabello del cual hicieron parte Francisco Javier del Río y Marina Cabello. La intención fue la de medir “el deseo, la posibilidad de aversión sexual y el estrés interpersonal, ese decir, si hay o no conflicto de pareja”.
Pero el sondeo, calificado como la investigación histórica más destacada en el mundo que tiene que ver con la sexualidad, permitió analizar, entre otros factores, lo que experimentan las féminas en materia de deseo sexual dependiendo si son de derecha, centro o de izquierda, incluso con sus infinitas ramificaciones políticas, así como del credo religioso que practican.
Dentro de las conclusiones del estudio se asegura que las chicas de izquierda experimentan mayor deseo; es decir, en términos populares, ‘son más fogosas’ a la hora de la faena, dejando rezagadas a las de derecha y la del centro.
Y acerca de la incidencia que tiene el credo religioso practicado se señala: “Las mujeres que más deseo tienen son, con mucha diferencia, las que no tienen ninguna creencia religiosa, o sea, las no creyentes. Le siguen las adventistas, aunque son pocas en nuestra muestra, y después las cristianas no practicantes. Hay una gran diferencia entre las cristianas no practicantes con respecto a las practicantes, un 26 por ciento”.
Otras curiosidades de la medición
El estudio revela, además, que solo un 10,27 por ciento de las mujeres tienen deseo sexual hipoactivo, “ese decir, poca motivación hacia las relaciones eróticas, ausencia de pensamientos o fantasías sexuales, o muy poca frecuencia de estas”.
Otro indicador que se destaca es que las mujeres poliamorosas (aquellas que aman a más de uno o una) tienen altos niveles de deseo sexual; igual, las mujeres que tienen pareja, pero no conviven con ella les va mejor con el aumento de su libido; o sea, van a lo que van en el momento justo, sin complicaciones y listo.
Por orientación sexual, en la investigación de Cabello y su equipo se señala: “Las bisexuales y las homosexuales tienen bastante más deseo, con diferencias significativas con respecto a las mujeres heterosexuales”.
Por último, la medición se refiere al deseo sexual desde el punto de vista del nivel de estudios y de las que ejercen el papel de amas de casa. “Las que presentan un mayor nivel de deseo son las mujeres que poseen estudios universitarios, seguidas de las que han estudiado Formación Profesional, después las que tienen estudios secundarios y las que menos deseo tienen son las que poseen estudios primarios. Es decir, a mayor nivel de estudios existe mayor deseo. También cabe destacar que, a nivel profesional, las mujeres con menor nivel de deseo son las amas de casa”.
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