Aunque habitualmente escribo sobre sexualidad. Hoy quiero honrar al amor; ese sentimiento poderoso que hace que los seres humanos, encuentren sentido a la vida. Porque cuando estas enamorado todo puede parecer fácil. Lo difícil y frustrante es cuando ese amor no es correspondido.
Se imaginan qué puedan saberse el día, la hora, el lugar y el año que una persona va a conocer al amor de su vida; muy seguramente todos esperaríamos, el momento que, por arte de magia, el universo conspirara y los astros se alinearan.
Pero no es así. La realidad es que si algunos lo encuentran y no pasa nada. Porque hay distancia de por medio, porque se deciden muy tarde, porque no es correspondido y bla, bla, bla.
La pregunta #sinrecato es: ¿Esperarías al amor de tú vida? Seguramente, las apuestas estarán divididas y algunos podrán identificarse después de conocer esta historia.
Por eso, hoy les hablaré de una pareja que después de 17 años, de ‘ires y venires’, por fin, están disfrutando de su amor y aunque no fue fácil, pero sienten que valió la pena.
Felipe y Cristina se conocieron en el colegio. Era el año 2003, ambos tenían 15 años. En ese entonces Felipe era muy tímido y nunca fue capaz de decirle nada; ella si era muy extrovertida, alegre y amiguera y tampoco le decía nada, pero le coqueteaba.
Después de la graduación, Felipe tomó valor y la llamó para darle la sorpresa, expresarle su reprimido amor; pero la sorpresa fue para él cuando le dijeron que ella no estaba. “Yo de iluso pensando que estaba en un centro comercial y resulta que estaba en Suiza”, comentó.
Cristina regresó a Colombia. Empezó la Universidad y se encontró con Felipe. Ella le contó de su viaje, de la experiencia en otro país y que había tenido una decepción amorosa. Nuestro galán pensó que ahora si podían ser novios, pero claramente le dijo que no quería nada serio. Él aceptó las condiciones, aunque él si quería una relación seria. Pero no duró mucho y volvieron a separarse.
Felipe conoció a otra joven que, si estaba en sintonía con él, y si quería una relación formal. Cristina empezó a escribirle pensando que estaba solo y cuando él le dijo que tenía novia, se molestó, lo insultó y por supuesto lo bloqueó de todas las redes sociales, comentó jocosamente.
Felipe terminó la relación que tenía y volvió a intentarlo con Cristina, pero tampoco funcionó. Así que, de ahí en adelante, se dedicó a disfrutar de su soltería.
Pasaron varios años y Cristina en un viaje con unas amigas a Miami, conoció a ‘alguien’. Todo había pasado muy rápido. Se habían conocido en marzo y los planes de boda eran para diciembre. Cuenta Cristina que viajó en junio con su mamá y una hermana a Estados Unidos para que ellas conocieran a su futuro esposo. Y resulta que el príncipe azul comenzó a ‘pelar el cobre’. Siempre estaba ocupado y era poco el tiempo para salir con ella.
“Cuando dos personas están destinadas a estar juntas pueden pasar muchas cosas que al final lo estarán”, cuenta el ‘eterno enamorado’.
Una tarde ella salió y lo vio muy ‘acaramelado’ con otra. El tipo no supo que decir y ella si supo que hacer: empacó y se devolvió para Colombia.
Felipe se enteró del retorno de Cristina y no podía negar que estaba contento. Y aunque parecía que no había ningún impedimento para estar juntos, algo se les volvió a atravesar. Esta vez, ella debía volver a Suiza, porque tenía una oportunidad de trabajo. Así que Cristina le dijo a Felipe lo que él tanto esperaba escuchar: “¿Te vas conmigo?”.
“En ese momento le dije que en Suiza o en la luna iba a seguirla para estar juntos. Así que empezamos a vivir en el 2019 y el 13 de febrero del 2020 antes de la cuarentena, se convirtieron oficialmente en marido y mujer”, cuenta el ‘eterno enamorado’.
Felipe lo dice con emoción: “Estoy acá por amor. Nuestra historia es bastante rara, pero no me arrepiento de nada; estoy con ella y estamos juntos. Cuando dos personas están destinadas a estar juntas pueden pasar muchas cosas que al final lo estarán”.
No Comments