que adorna el globo de agua de tu soledad,
en la mirada cómplice del gato
que maúlla en la penumbra de tu vida.
Te leí anoche
cuando dormitabas,
y parecías un poema
escrito con lágrimas,
tenías el salobre en la piel.
Te leí y admití que la felicidad
es un fantasma que acicala tu vida,
de vez en cuando.
Poeta invitada: Yajaira Pinilla Carrascal
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